Llévame amor, ahí... donde tú sabes, crucemos
la línea entre tú cuerpo y el mío.
Píntame con tu lengua y moldéame con tus
manos…
Te invito al manantial donde gozas de
las aguas más cálidas, cuando llegas, en lo profundo.
Inquiétame, haciéndome sentir tu
ardiente vigor, deja que esta noche nuestros cuerpos se incineren…
Busquemos un cielo donde sólo existan
camas de rosas para nuestros cuerpos, retuerce mi alma con tú mirada avasallante.
Deja que guíe tus dedos
temblorosos hacia mi morada...
Ámame,
hasta que enloquezcas, ámame, hasta que te retuerzas, ámame, hasta que te duela
amor…
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